La infidelidad, a examen







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¿Alguna vez ha sido infiel a su pareja? La mitad de los hombres y las mujeres sí. El número de “afectados” está aumentando…¿por igual?. Según los expertos, hay tantas mujeres que engañan a su pareja como hombres. ¿Causas? Rutina, aburrimiento, baja autoestima, miedo a depender de una persona o simple curiosidad

Las mujeres y los hombres son igual de infieles. Son muchos los estudios que lo confirman y pocos los que quieren creerlo: el 52% de los chicos y el 48% de las chicas han tenido un “lío” con otra persona que no es su pareja.
Siendo así, apenas sorprende que el 14% de los hijos no sean de sus supuestos padres, un dato que ofrece, citando estudios genéticos europeos, Esteban Cañamares, psicólogo clínico y sexólogo.
Ellas también engañan a sus parejas, tanto como los hombres. “Al margen de la prostitución, no puede haber hombres infieles si no hay mujeres infieles. Es una cuestión matemática”, señala Cañamares.

Pensar que ellas siempre son fieles es un error

Pero, ¿por qué tendemos a pensar que la infidelidad está más extendida entre los hombres?. “Es un mito social. Tenemos la idea de que los hombres son infieles pero las mujeres no, porque necesitamos creer que al menos una parte de la familia y de la sociedad es estable”, afirma Cañamares. Es decir, el hombre se autoengaña de forma inconsciente para vivir más tranquilo.
La infidelidad siempre ha existido pero, ¿cómo era antes? Pensemos en un pueblo de 200 habitantes hace 50 años. ¿Quién sospecharía que una mujer entregada a su hogar, sus hijos y su marido pudiera “tener una aventura” con otro?  Cristina Corbella, psicóloga de la Clínica Euskalduna de Bilbao, cree que “ellas lo tenían más complicado que ahora” pero lo hacían igual: “una persona que desea ser infiel lo es, esté en la cultura que esté, en la época que sea”.
Para Cañamares, en cambio, la infidelidad femenina no era tan común como ahora. Estaba muy mal vista y era difícil cometerla. Pero ya no es así.

Facilidades del mundo moderno

  • Con Internet y el anonimato de las grandes ciudades cualquiera puede tener una relación amorosa fuera de la pareja, sea chico o chica, joven o viejo, homosexual o heterosexual, rico o pobre.
  • Además, “ahora la mujer promiscua o la mujer infiel se esconde menos, porque no está tan sancionada socialmente”, apunta el sexólogo.
  • La independencia económica y los anticonceptivos han facilitado la infidelidad y han hecho a la mujer más libre. La relación sexual ya no tiene las consecuencias que tenía antes.

 ¿Por qué es tan difícil resistir la tentación?

Ya hemos asumido que somos infieles por naturaleza…¿o no?.  Según Cañamares, el ser humano está programado tanto para ser fiel como para ser infiel. Aunque “necesitamos una relación emocional familiar afectiva, estable y duradera”, al mismo tiempo “somos una especie muy curiosa y necesitamos conquistar, descubrir nuevas formas de amar y esparcir nuestros genes”. Estamos pillados en una contradicción y por eso nos buscamos un amante.
Algunas de las causas individuales más frecuentes son:
  • Ausencia de amor en la pareja.
  • Deseo de romper la monotonía.
  • Encontrarse al borde de la depresión y necesitar un “chute” de autoestima para no caer en ella.
  • Temor a depositar afecto y sexo en la misma persona por miedo a que tenga mucho poder sobre nosotros. “Si es mi sostén afectivo y sexual, ¡cuánto dependo de esa persona!”, afirma el sexólogo.
  • Insatisfacción sexual.
  • Sensación de abandono o descuido por nuestra pareja.
  • “Las expectativas que teníamos en esa persona no se han cumplido”, apunta Cristina Corbella.
  • Descubrir las posibilidades que uno tiene para poder cambiar de pareja el día de mañana.
  • Curiosidad, buscar innovación, nuevas formas de amar.
  • Adicción sexual.
  • Usar la infidelidad para hacer daño directamente a la pareja.
  • Sentimiento de menosprecio por el compañero/a, aunque muchas veces se use este argumento como excusa. Cañamares asegura que “es muy cómodo decir que en el fondo la culpa la tiene el otro”.
El germen de las “aventuras amorosas” es la insatisfacción en la relación de pareja, por el motivo que sea. “Mucha gente infiel busca cubrir una carencia. Es una forma de huir de los problemas”, explica Corbella.
Imaginemos un par de náufragos en medio del mar, agarrados a una tabla para salvarse. “Descubrir que el otro está remando con una tercera persona causa mucha angustia, mucha desazón”. Por eso Cañamares asegura que la infidelidad siempre es “un auténtico terremoto” dentro de cualquier pareja.

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