No te equivoques con tu hijo adolescente y luego te quejes

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  • Déjeme decirle algo que quizá no te guste escuchar, pero si eres padre de un hijo adolescente es importante que lo sepas, pero sobre todo lo asumas. Tu hijo no es un niño. Es cierto que tampoco es un adulto, en todo caso está iniciando ese proceso. Pero lo más importante de esa realidad es que los adolescentes ya no están interesados en seguir siendo niños, y no es inteligente seguir tratándolos como tal.
  • Las señales de que tu pequeño ha crecido son inconfundibles, que tu no las quieras ver es cosa diferente a que no esté sucediendo. Los cambios físicos, la estrenada rebeldía, el interés súbito en la sexualidad hablan por si solas. Son los papás los que insisten en postergar lo inevitable al continuar tratándolos como los bebés que ya no son.
    Es a partir de los 13 años que el proceso de separación del núcleo familiar se va dando. Disfrutan más de la soledad o el tiempo con los amigos que el de la familia, la opinión de los padres deja de ser determinante, la suya es todo lo que parece importarles, así como la influencia de los amigos y los medios.
    Ellos a todas luces crecen, y hacen todo lo que se espera hagan en esa etapa, porque si algo está documentado son las actitudes propias de estas edades; incluso ya están hasta catalogadas en lo que sería la pre-adolescencia (9 años), adolescencia (13 años), y post adolescencia (18-22 años), y cada una retrata exactamente lo que ocurre en cada período.
    El problema entonces ya no son los hijos, sino los padres, que se resisten a formar parte de los cambios fomentando malos hábitos.

  • Los 5 errores de los padres de adolescentes

  • No darles responsabilidades en el hogar

    Especialmente las madres se sienten a gusto con ser las empleadas de tus hijos, y aunque se quejan de que no ayudan, tampoco los hacen responsables de los quehaceres hogareños, muchas veces con la excusa de que ellos estudian. Recuerda que las cosas son además de, no en vez de. Es tu deber y el suyo ser responsables en todos los sentidos.
  • Tratarlos a veces como niño y otras como adulto

    Esta es un carta que los hijos juegan a conveniencia, pues saben que obtendrán el resultado deseado. Así que el consejo es ser firme en los procederes y no caer en su juego de yo puedo solo, y después resulta que siempre no. Si han crecido lo suficiente para reclamar su espacio entonces también para comportarse a la altura de sus años.
  • Darle dinero extra sin motivo

    Darle dinero sin mayor argumento a los hijos, sin importar la edad que tengan, para lo único que sirve es para fomentar su dependencia, y la idea de que todo lo merecen sin mérito que medie para ello. Es entendible que dependan en lo económico hasta cierta edad de sus padres, pero eso no quiere decir que papá y mamá sean chequeras ambulantes.
  • Ser su chofer o su asistente

    Es cierto que la seguridad es un tema delicado y que es tu responsabilidad mantenerlos a salvo, sin embargo no accedas a que sean ellos quienes decidan la agenda, recuerda que tu tienes el control. Muchas madres viven en función de las necesidades de sus hijos, y esto te hace ver como que estás a su servicio. Luego no te quejes cuando no respeten tu autoridad.
  • Utilizar la confrontación como comunicación

    Lidiar con un adolescente no es cosa fácil, pero hacer de cada desafío un conflicto para lo que sirve es para poner más leña al fuego y alejarlo de nosotros. Lo que no es ni inteligente ni producente para ninguna de las partes. Ambos tienen voz y voto, y ambos necesitan externarlas y que sean respetadas. Piensa en eso la próxima vez que decidas pelear.
    No podemos evitar los cambios y comportamientos que tienen lugar en la adolescencia, pero ellos al menos tienen la excusa de la transición que está teniendo lugar en sus vidas, pero tu como madre o padre ¿qué excusas tienes para no aceptar que tu hijo está creciendo y que debes dejarlo madurar?

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